miércoles, 12 de agosto de 2009

Somos las putas inútiles que ellos moldean.

Cuatro meses después, ¡Al fin regresamos! Espero que mi extensa audiencia me permita el uso del plural mayestático, se me hace menos duro si tengo la ilusíon de que somos dos (o más) a los controles. De esta forma uno dicta y otro escribe, como poco. Siempre es más llevadero el trabajo compartido.

La segunda entrega de "canciones enormes" nos la traen los Manic Street Preachers. Ese grupo de jovenzuelos que se comían el mundo y lo desafiaban con sus declaraciones inciendarias, con su situacionismo homoerótico (término que tomo prestado y referiré más adelante) y sus militancia comunista (supuestamente incoherente con su carrera discográfica desarrollada en grandes multinacionales).


La canción en cuestión se encuentra en su primer disco, "Generation terrorists",
en el que se encuentran también algunos de sus éxitos y los que sin duda son sus primeros clásicos: "You Love Us", "Stay Beautiful" o la enorme "Motorcycle Emptiness", que algún día tendrá una entrada propia en este blog, queda prometido.

Hablo del himno "Little Baby Nothing".

Siempre mantuve que si alguien debería implicarse en la lucha contra la explotación femenina, si alguien debería declararse inequívocamente feminista, esos eran precisamente los hombres, que lo hagan las mujeres debería ser una obviedad, aunque no lo sea. Manic lo hacen con sumo gusto en esta canción y además la completan con un videoclip en el que aparece por primera vez el aún desconocido dúo, Shampoo (Oh-Oh, We're in trouble). En el clip tan sólo aparece el vocalista de la banda, James Dean Bradfield, en la época en la que aún no era preocupantemente parecido a Jorge Javier Vázquez. El resto estaban cansados de grabar vídeos de promoción y el realizador se las ingenió para sustituirlos por una banda de féminas encarnadas por fans del grupo. El resultado es ingenioso, divertidísimo y muy liberador y catártico, y sobre su rodaje escribió un hilarante artículo su director, Steven Wells, en The Guardian. Este es el enlace de dicho artículo, del cual tomé prestado el término anteriormente reseñado:

http://www.thisisyesterday.com/ints/shoot.html

Bradfield canta a dúo con la ex-estrella del porno Traci Lords, que un par de años atrás había protagonizado "Cry Baby", maravillosa película del Dios del trash, John Waters (para la suscribiente el Dios del cine, a secas). Este gesto fue interpretado de diversas maneras, ellos declararon querer a alguien que se identificara con la letra). Más allá de eso, yo encuento implícita una reivindicación sobre el uso que cada mujer hace de su cuerpo y de la libertad para hacerlo sin que se la reduzca como persona. A saber, a nadie parece molestarle que el cuerpo de una mujer sea usado comercialmente siempre que no exista el acto sexual. Es el acto el que separa a las modelos de las putas en base a la moral de la represión. Me parece totalmente acertada la sentencia que hace Patri: "Cuando las mujeres estemos realmente liberadas, seremos todas putas". Y es que lo que está mal visto no es vender tu cuerpo, lo que convierte a una mujer en una "fulana" es cómo lo vendes. Los trabajos que implican el acto sexual (prostitutas y actrices porno) son indignos, los que se valen de insinuaciones sexuales para vender cualquier cosa no lo son. O sea que la sociedad es tan hipócrita como para aplaudir que se explote el cuerpo femenino, pero únicamente dentro de los límites que ella establece (parece que el sexo por sí mismo aún es visto como oscuro, sucio y pecaminoso), ante lo cual, a las poseedoras de dicho cuerpo sólo nos resta decir: Es mi cuerpo y dado el caso, los límites los pongo yo. Ahí es donde la presencia de Traci Lords cobra cierto sentido en esta canción, o al menos en la lectura que yo hago de ella.

Sobre lo puramente musical, el tema va muy en la línea de lo que es todo el disco. Ese pseudo-rock rabioso de los que se piensan elegidos y van en contra de todos (los heavies los detestaban, los punk pensaban que eran unos moñas y los indies los consideraban de mal gusto). Lo cierto es que nunca fueron punk-rockers como pretendían, pero es cierto que eran diferentes, únicos. Su música, inconcreta por aquellos entonces, era producto de su inocencia y su forma de mirar al mundo y a su tiempo, se nota. La tonadilla, la estética, todo tiene ese tufo insalvablemente hortera de los primeros 90's, pero nada tiene que ver con sus contemporáneos. Lejos de espantar, como pasa con muchos de ellos, resulta elegantemente cutre y sobre todo, irremediablemente conmovedor.

Hacia el final de la canción James y Traci vocean juntos
"You are pure, you are snow. We are the useless sluts that they mould.
Rock n roll is our epiphany. Culture, alienation, boredom and despair.
"

Musicalmente es el climax de la canción, la parte que se corea hasta quedar afónico en los conciertos. También es el resumen lírico de la intención de la canción y una declaración de principios del grupo que eran Manic antes de que la triste desaparición de Richey James Edwards. Después de ese suceso su actitud provocadora fue sustituida por la melancolía y la disculpa, y no es que no siguieran haciendo buenos discos, musicalmente, incluso mejores. Pero aquellos macarras que hacían punk-rock-glam en la época del grunge, esos descarados, medio horteras, que proclamaban que el Rock and roll era homosexual, los que parecían haber inspirado el personaje de Cecil B. Demented de Waters, que creían en la pureza, que decían tener la clave de "lo verdadero", y estaban decididos a torpedear lo que no lo fuera. Aquellos dejaron de existir.

Y Aquellos tenían (como muchos otros) la esencia de lo que soñábamos los que entonces éramos adolescentes.

Para ellos terminó con una tragedia real. Para nosotros se fue disipando con el tiempo. Para todos permanece suspendido en el ambiente, rodeándonos, todos sabeis de lo que hablo. Y cada vez que escucho esta canción vuelve a concentrarse llenándome de alegría al comprobar que sigo siendo la misma que entonces.

Mi cariño y respeto a James, Nick y Sean. Y a Richey, claro, esté donde esté, vivo o muerto. Y a Traci Lords y las chicas que participaron en el videoclip, pues sin él, el conjunto no sería lo mismo.